Crucero MSC Seascape 2023
Crucero MSC Seascape 2023

Crucero MSC Seascape 2023

El 6 de agosto de 2023 nos embarcamos en el MSC Seascape, un crucero de una semana de duración con mis padrinos y mi mamá, para celebrar su cumpleaños 70. El recorrido incluyó paradas en Puerto Plata y Puerto San Juan, así como unas horas en las Bahamas, y una isla artificial, creada por MSC, la compañia de cruceros que elegimos para nuestras vacaciones. Fue una experiencia memorable que disfrutamos mucho, tanto por la comida como por la cantidad y calidad del entretenimiento. Lo recomendamos y sin duda volveríamos a hacer otro crucero, tal vez en otra parte del mundo.

He visto y escuchado gente quejarse del encierro en un crucero, motivo por el cual nunca lo considerarían como una opción para viajar. En mi opinión, los barcos de hoy son como pequeñas ciudades, en las que si uno quiere, no repite menú, ni lugar o show de entretenimiento en una semana. Nuestro itinerario incluía paradas cada día, o día de por medio, lo que le dió variedad a las actividades y ambientes del trayecto. En el barco mismo había más atracciones de las que uno puede creer sin verlo en persona.

El Seascape tiene, además de piscinas para todas las edades, parques infantiles con togobanes y chorros de agua, aparte de dos toboganes grandes para adultos, a los lados de la cubierta, en los que uno se alcanza a salir del barco (dentro del tubo) y vuelve a caer adentro, a salvo, con ganas de hacerlo 30 veces más. Cuenta con varias salas de juegos con rangos de edad para menores, y una sala grande con videojuegos para toda la familia, que incluyen máquinas de entretenimiento con cascos VR. Había también una cancha múltiple en uno de los pisos de más arriba (fútbol, basket) y una atracción mecánica que se extiende, retrae y le da volteretas a la gente, en toda la cubierta principal, debajo de la cual estaba la piscina grande y donde se hacían fiestas, shows o clases grupales todos los días. Otra piscina cubierta fue nuestra preferida. Abria y cerraba unos paneles en el techo que dejaban entrar la luz y era un espacio tranquilo, con jacuzzis y asoleadoras alrededor. Ah, y había noches de karaoke casi todos los días.

Hay casi un piso entero que es un casino, que si no funciona el día entero, al menos 20 horas sí, donde hay servicio de bar y comida. Bajando unas escaleras de caracol decoradas con obras de arte, hay un piso con pasillos que están flanqueados con tiendas de todo tipo, con paredes adornadas para dar la impresión que uno camina en un centro comercial moderno, o por qué no, en la 5ta Avenida de Nueva York. De hecho, al finalizar ese camino se encuentra uno con Times Square y un ambiente de Dueling Pianos (un piano de cola frente a otro, mientras ambos intérpretes se turnan para cantar y acompañar al otro) debajo de una imagen de la torre emblemática de la Gran Manzana, donde se celebra el año nuevo. Delante de los pianos, por supuesto, hay mesas donde uno puede pedir algo de beber y al fondo, la entrada al teatro principal. En el otro extremo de este pasillo elegante había un lugar con gran variedad de chocolates y otros postres.

En una semana no hay suficiente tiempo para poder disfrutar todos los ensambles musicales y shows que hay, pero por lo general uno identifica a varios de los músicos que van rotando en los diferentes espacios dispuestos en todo el barco para música en vivo. Eso es tal vez lo que más me gustó de esta experiencia: hay música prácticamente todo el tiempo, en todas partes. Música interpretada por otros músicos en directo. Canciones de rock y pop de siempre, música más tropical e intérpretes evocando melodías de todas las épocas en su instrumento.

Hay un bar/venue en otro de los extremos, donde se presentaba una banda completa en formato rock, intercalada con una pareja de contorsionistas que brindaban un espectáculo muy entretenido entre canciones. La banda alternaba a su vez entre un par de cantantes, una rubia australiana con un rango empresionante y cuyo ídolo es Mick Jagger, y un afroamericano grande y carismático, con chaquetas de luces y un repertorio muy variado. En este mismo espacio había fiesta todas las noches hasta la madrugada. Solo asistí la noche antes de terminar el crucero, porque la mayoría de los asistentes eran 10 o más años menor que yo, y de nuevo, había karaoke casi todas las noches.

El paquete básico no incluye bebidas alcohólicas y concluímos que para que valiera la pena habría que consumir unos 5 o 6 tragos por día, todos los días, entonces no lo adquirimos. Además, como nos daríamos cuenta, uno se suele tomar algo fuera del barco, en Puerto Plata, Puerto San Juan y las Bahamas. En el primero de éstos lugares fue la experiencia más memorable para mí, yendo a comer mofongo, comida típica, y varias jarras de cerveza. Hablé un rato con uno de los guías de la ciudad, que con orgullo, relató varios aspectos históricos y de interés sobre este lugar en República Dominicana. En San Juan de Puerto Rico estuvimos el día del cumpleaños de mi mamá, y almorzamos en un restaurante agradable al aire libre, después de caminar mucho, cerca a donde el barco espera a los huéspedes durante unas horas, para que antes de anochecer retome su curso hacia la siguiente parada. Esa noche canté por primera vez una canción de su artista favorito, Vicente Fernández, en público.

En las Bahamas solo estuvimos unas horas, pero lo suficiente para conocer un bar agradable y sencillo con billetes de diferentes países pegados en la pared, donde también llegaron varios de los cantantes que había visto presentarse esa semana. Los entrevisté para esta reseña, pero perdí el audio en un celular al mes siguiente de este viaje, hace un año.

En todo caso, incluir el paquete de bebidas alcohólicas dependerá del plan en el que uno vaya. De igual manera, si uno quiere probar restaurantes diferentes, también se pueden reservar por noche, o en paquetes. Había muy buenos lugares de carne, comida mexicana, sushi, etc. pero casi siempre fuimos al restaurante para cenar que está incluído, en el cual también había muy buenas opciones, y solo se pagan las bebidas.

Casi todo el día funciona el buffet, extensísimo y con varias secciones de todo tipo de comida. Me llamó la atención que tuviera una sección para pequeños de unos 6 años de edad, con el acceso en miniatura para pasar con la bandeja por una barra de buffet con alimentos y porciones para niños. Las gaseosas no están incluídas en el paquete básico, pero hay jugos, limonada, agua, café y té helado entre otros.

En el teatro pudimos asistir a un par de montajes muy, muy bien hechos de música de películas y otros covers de rock y pop comercial, de los cuales recuerdo sobrecogerme por la forma como el público recibió una versión de Viva la Vida de Coldplay. De esas veces que uno siente que se eriza la piel y que se está viviendo algo especial de manera colectiva.

También había un bar de deportes temático, ambiente que disfrutamos en familia, con mi tío, o por mi cuenta. Fui al gimnasio un par de veces y también a un par de sesiones de yoga enfocada a estiramientos, porque por esa época ya tenía problemas de espalda. También hay masajes, jacuzzis e incluso una piscina para adultos.

Otra queja de los cruceros suele ser el espacio limitado de las cabinas. A nosotros nos fue bien quedándonos en dos camarotes. El baño y en especial la ducha es muy pequeño, pero para una semana de estadía no se nos hizo grave. Por supuesto hay otro tipo de acomodaciones, con mayor espacio y terraza.

También hay excursiones adicionales que uno puede reservar para cada una de las paradas con actividades como buceo, caminatas y entrada a otros puntos turísticos de interés. En la parte de arriba del barco hay una sección exclusiva con piscina y bar “solo para miembros”.

El día de la isla artificial de MSC fue otro punto alto de esta aventura. Es una playa extensa donde uno puede alquilar hamacas, sombrilla y flotadores para pasar el día. Hay un sector semiencerrado del mar en el que decidí descansar sobre un flotador, luego de nadar por un rato, hasta que empezó a llover fortísimo y tocó volver al barco.

Tenía un poco de trip para el día del parque de Disney donde estaba el sector nuevo de Star Wars, y otro poco para relajarme en el crucero. Ese momento y lugar era el indicado. Ese espacio que parecía un lago, está abierto con el resto del océano y en un momento pusieron una bandera morada de alerta, pero ya estando ahí, encima del flotador, quise quedarme ahí y disfrutar de una tarde de sol, lejos de todo y completamente pleno. Esa noche habría una actividad final de gran interés para mí.

La parte del karaoke fue importante porque desde la pandemia venía dedicando buena parte de mi tiempo libre a estudiar y practicar canto. Para cuando fue la época del crucero, estaba llegando a un punto en el que estaba satisfecho con la voz, y pude cantar muchas canciones que he apreciado mucho desde el colegio y la universidad, como Kryptonite o Like a Stone, además de We Will Rock You y Let It Be.

Para el final de la semana del crucero participé en un concurso de canto, tipo reality en el escenario que daba con la terraza de todos los pisos, donde se hacían los shows nocturnos centrales. En esa parte cubierta central del barco hay escaleras de caracol a cada extremo, decoradas con diamantes Swarosky, ascensores con vista a todo ese espacio y una barra de bebidas enorme en el piso de abajo, justo delante del escenario.

Participamos personas de diferentes países, edades y estilos, y había mucho talento y buen gusto musical. Fue muy emocionante cantar en una tarima frente a tantas personas y sentir una respuesta positiva, aplausos de los que miraban desde las terrazas de los diferentes pisos, y sonrisas del jurado. Inicialmente iba a cantar Under the Bridge, pero en el último momento me decidí por Dream On, mucho más exigente. Muy a mi sorpresa, aun con algunos fallos, logré el segundo puesto del concurso, detrás de un italiano de mediana edad que hizo una muy buena versión de Por Tí Volaré de Andrea Bocelli. Me gané una camiseta de MSC, compañia italiana que ofrece estos cruceros en barcos de última tecnología. Así como lo aseguran, el movimientos del barco en El mar prácticamente no se siente.

Son muchisímos los barcos y compañias que ofrecen cualquier infinidad de trayectos con presupuestos que también varían dependiendo de factores, como la época del año, la acomodación y la proximidad del viaje. Lo recomendado es buscar un itinerario que se acomode a los intereses de los viajeros, aprovechar los paquetes de descuento que se ofrecen por tiempo limitado para bebidas y comida y tener en cuenta que al final, todo lo que esté pendiente se carga a la tarjeta que se registre en el sistema para la habitación.

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