Hacía varios meses quería visitar Medellín. Allí viven actualmente tres compañeros de un anterior trabajo que tuve por allá en el año 2015, y tenía la idea de entrevistarlos para conocer su experiencia en aquella ciudad, y por qué no, en otros lugares del mundo. Una de esas personas es Velvet Tattoo (Diandra), a quien conocí por medio de otros amigos de esa época. En un arranque impulsivo, decidí viajar el primer fin de semana de noviembre y quise aprovechar para hacer una entrevista a una tatuadora profesional (y de paso tatuarme por segunda vez).
He seguido por redes parte del proceso como tatuadora de Velvet y me gusta su trabajo y su estilo. Así que estando en Medellín, revisé su portafolio, elegí un diseño y arreglé una cita para la mañana del mismo día en que me devolvía a Bogotá. La cita la hice a través de la mánager de Velvet el día anterior, por lo que no había hablado directamente con ella.

El estudio queda en Itagüi, Valle de Aburrá, Antioquia, a donde llegué sobre las 10:30 A.M. del martes 9 de noviembre del 2021, después de tomar la línea A del metro en dirección de la estación La Estrella, bajarme una o dos estaciones antes del final de la línea, y luego subirme a un taxi que me dejó frente al Munsell Tattoo Studio, que se encuentra en el Mall Complex Ditaires.
Al llegar allí le conté sobre Memories About Places y la intención que tenía de documentar la sesión de tatuaje y entrevistarla. Con la buena onda que la caracteriza, ella aceptó y nos centramos en el diseño, el tamaño del tatuaje y la ubicación del cuerpo donde me lo quería hacer.
El estudio fue fundado por Andrés Gonzalez. Recomiendo echar un vistazo a su página de Instagram, así sea solo por el deleite visual de sus obras. Ese día estaba realizando una pieza grande en el muslo de un cliente que ya tenía el resto de la pierna tatuada. Qué rico y qué dolor.

De mi primer tatuaje tengo buenos recuerdos, por lo que no sentí miedo del dolor ni puse en duda realizármelo apenas tuve la oportunidad. El diseño con los colores originales me gustó, pero yo quería que tuviera un aire un poco más oscuro, tal vez asociarlo con la banda tributo a Misfits que tengo en la actualidad: Danzig With The Graves.
Iniciamos la entrevista mientras me tatuó la pierna izquierda. Yo tengo unas preguntas básicas que voy “puliendo” a medida que hago más de estas charlas, pero no había pensado en cómo iba a estructurar esta conversación, ni si iba a poder hacerla mientras me insertaban una aguja repetidamente. De hecho, antes de llegar allí no estaba seguro si Velvet iba a acceder a grabar una entrevista sin habérselo mencionado con anterioridad. Algo siempre me dijo que no iba a haber problema y que todo iba a fluir de manera espontánea. Ella me lo confirmó antes de poner a grabar y de este experimento salió la siguiente grabación:
Cuando terminé la grabación de la entrevista, empecé a dejar el umbral de dolor “relajado” del cual incluso disfruté durante los primeros minutos de la sesión para llegar a una peligrosa sensación de que no iba a aguantar quedarme quieto mucho tiempo más. Afortunadamente esto no duró mucho tiempo, cuando cambió la zona donde estaba siendo coloreado de morado. No creo ser capaz de tatuarme en la mayoría de los lugares del cuerpo por puro temor al dolor extremo, pero en las zonas del cuerpo donde lo he hecho, me pareció tolerable. En este video ya había pasado la peor parte, que fue la del morado de la izquierda.
Este tatuaje es apenas de unos 8 x 8 cms, pero de todas formas se requirió de más de un par de horas para completarlo por la cantidad de color y detalles del diseño. Es difícil explicarle a alguien qué tan doloroso es hacerse un tatuaje porque depende de muchas cosas. Lo importante es informarse bien y elegir un tatuador/estudio con buenas referencias para que uno esté tranquilo antes, durante y después de la sesión.
Al terminar, Velvet me explicó los cuidados que debía tener durante el proceso de sanación del tatuaje. Recalcó el uso de la Lubriderm tapa azul oscura para hidratar la piel, además de solo agua los primeros 3 días. La herida sangró más de lo esperado, pero cero lío con eso. Me cambió el Vinipel un par de veces antes de despedirnos y que yo iniciara el camino de regreso al metro y en dirección del aeropuerto. Ahora tendría poco más de una hora para atravesar Medellín en pantaloneta con una herida abierta sangrando y apenas cubierta, bajo un fuerte aguacero…pero esa es otra historia. Mientras escribo este post, el tatuaje continúa sanando y me gusta mucho como se ve.
Recomiendo bastante el Munsell Tattoo Estudio y a sus tatuadores. ¡Espero hacerme otra pieza con Velvet Tattoo pronto!
