
Por: Tis Correa
Cuando se organiza un viaje a un sitio tan lejano como San Petersburgo es INDISPENSABLE planificar, aquí hay Museos, Palacios e Iglesias para escoger -son muchos pero todos tienen su encanto- y no siempre los horarios te coinciden. Nosotros le dedicamos 8 días. Recomendamos el primer día hacer un free tour a pie. Nosotros hicimos el tour ¨San Petersburgo Corazón de Rusia Imperial” con Rusian Vasil quién nos guio por la principal avenida –Nevski-, para admirar su arquitectura, conocimos la historia de la ciudad, la ubicación de los sitios más importantes y además incluía la entrada a 3 iglesias.
Dentro de nuestros planes estaba visitar el Museo Hermitage –compra boletas on-line: las filas son muy largas- e íbamos a hacerlo por nuestra cuenta con audioguía – y aquí un consejo hazlo con un guía que te lleve y explique, el museo es muy grande y puede ser abrumador; en sí mismo el Museo es una obra de arte. Como conocimos a Rusian y es guía calificado, contratamos con él –a muy buen precio- y tuvimos un tour “privado” pues solo éramos 4 turistas; ten en cuenta que con las agencias el grupo puede ser de 30 o más personas. Tener contacto con un “local” fué parte de la experiencia del viaje.

Recomendamos entrar a: la Catedral de San Isaac y admirar su interior lleno de frescos y mosaicos coloridos, Catedral de la Sangre derramada erigida donde fue asesinado el Zar Alejandro II, Catedral de Nuestra Sra. De Kazán con un exterior similar a la Basílica de San Pedro, al Museo de los huevos Fabergé que tiene la mayor colección de estas piezas de orfebrería favoritas de los zares rusos, Palacio Yusupov donde mataron a Rasputín y la Fortaleza de San Pedro y San Pablo donde en la iglesia están las tumbas de Pedro el grande, Catalina la Grande y de los Romanov (el Zar Nicolás II y su familia), aquí puedes pasear por el muelle y observar la ciudad al otro lado del río Neva. Y si quieres más está el Palacio de mármol primer edificio de San Petersburgo en donde se emplearon 32 diferentes tipos de mármol, la Catedral de la Santa Trinidad con su cúpula de madera y una columna elaborada con 108 cañones turcos, la Catedral de la transfiguración y más.
Y definitivamente hay que visitar dos Palacios más: el magnífico Palacio de Catalina la Grande en Pushkin (a 25 km de SP) residencia de verano de los Romanov donde se reconstruyó la Sala Ámbar (la original se perdió) y el Palacio Peterhof (a 40km) descrito por algunos como uno de los Palacios más suntuosos y bellos del mundo que cuenta con jardines impresionantes: 140 fuentes -que no utilizan bombas- y 3 cascadas destacándose la gran cascada decorada con estatuas doradas y cuyas aguas acaban en el mar Báltico hasta donde se puede llegar. Es mejor hacer visitas guiadas puesto que hay preferencia para el acceso. Ambos sitios son hermosísimos. Las personas que cuidan los Museos y Palacios son muy estrictos, no infrinjas las reglas, evítate problemas recuerda en qué país estás.

Viajamos a comienzos de Julio e hicimos un paseo nocturno en barco por los puentes levadizos para observar las “noches blancas”, cuando el sol no se pone por completo y el cielo sigue iluminado con una luz parecida a la del atardecer; como el paseo es a media noche mejor ir muy abrigados. En San Petersburgo el clima es bien cambiante, unos días sol, otros lluvia fuerte, así que revisa los pronósticos del tiempo –son muy precisos- y si indica lluvia saca las sombrillas lleva una chaqueta que te proteja del viento y zapatos adecuados.
San Petersburgo es una ciudad muy bonita hay que caminar y disfrutar de sus canales y puentes, los días de sol, la orilla del río y sus parques, para ir a algunos sitios es necesario tomar tranvía o bus pues las distancias son grandes, esta interacción con la gente del común es gratificante. Vale también la pena visitar las estaciones de metro que aunque no son tan espectaculares como las de Moscú son muy elegantes.
Y si dispones de tiempo puedes visitar la isla de Kronstadf.